Bajo las aguas del mar Báltico, entre Dinamarca y Alemania, se está construyendo un túnel que reducirá drásticamente los tiempos de viaje y mejorará las conexiones de Escandinavia con el resto de Europa.
Con una longitud de 18 km, el Fehmarnbelt será el túnel prefabricado de carretera y ferrocarril más largo del mundo.
También es una notable obra de ingeniería, ya que los segmentos del túnel se van a colocar sobre el lecho marino, y luego se unirán.
La obra principal del proyecto se encuentra en la entrada norte del túnel, en la costa de la isla de Lolland, al sureste de Dinamarca.
Las instalaciones abarcan más de 500 hectáreas e incluyen un puerto y la fábrica encargada de construir las secciones del túnel, que se conocen como “elementos”.
“Es una instalación enorme”, afirma Henrik Vincentsen, director ejecutivo de Femern, la empresa estatal danesa que construye el túnel.
Cada elemento tiene 217 metros de largo y 42 m de ancho, y su estructura está hecha de acero reforzado con hormigón.
La mayoría de los túneles submarinos, incluido el Eurotúnel de 50 km entre Reino Unido y Francia, se excavan en el lecho rocoso bajo el fondo marino.
Aquí, en cambio, se conectarán 90 elementos individuales, pieza por pieza, como si fueran piezas de Lego.
“Con este proyecto estamos batiendo récords”, afirma Vincentsen. “Se han construido túneles sumergidos antes, pero nunca a esta escala”.
Con un presupuesto aproximado de unos US$8.100 millones, el proyecto ha sido financiado principalmente por Dinamarca, con US$1.400 millones de la Comisión Europea.
Se trata de uno de los proyectos de infraestructura más grandes de la historia de la región y forma parte de un plan más amplio de la UE para fortalecer las conexiones de transporte en todo el continente, reduciendo al mismo tiempo la necesidad de los trayectos en avión.
Una vez completado, el trayecto entre Rødbyhavn, en el sur de Dinamarca, y Puttgarten, en el norte de Alemania, durará tan solo 10 minutos en coche o siete en tren, sustituyendo así un viaje en ferry de 45 minutos.
La nueva ruta ferroviaria, que rodea el oeste de Dinamarca, también reducirá a la mitad el tiempo de viaje entre Copenhague y Hamburgo, de cinco a dos horas y media, y ofrecerá un atajo más ecológico para el transporte de mercancías y pasajeros.
“No solo conecta Dinamarca con Alemania, sino que conecta Escandinavia con Europa Central”, afirma Vincentsen.
“Todos ganan”, asegura. “Y al viajar 160 km menos, también reducirás las emisiones de carbono y el impacto del transporte”.